viernes, 10 de agosto de 2012

Vete, vete como sólo tú sabes.

Sin más me dijiste adiós, sin poder esperar respuesta alguna mía.
Apresurada al tiempo y a las sombras de tu tormento.
Paso reluciente que con prisa resuena por el mundo.

Con mi soledad anonadada oprimiste mis pesadillas y sueños.
Con aquella sutileza tan cruel y tan hermosa a la vez.
La vehemencia de tu imagen en mi mente que te añora.

Márchate con celeridad.
Pues así fue tu despedida.
Y así fue tu huida

Te vas de mi vida. Sí. Pero llévate contigo mi afecto.
Te vas de mi vida. Sí. Pero llévate contigo aquellos besos.
Te vas de mi vida. Sí. Pero llévate contigo los recuerdos.

viernes, 3 de agosto de 2012

Podría, pero nunca se podrá.

No hay lunas ni soles, no hay amor ni odio, no hay libertad ni represión.
Sólo estás tú. Tú que te grabaste en mi memoria.
Tú, que abriste mi emoción y sacudiste mi ser.
Sólo están los recuerdos de aquello que nunca pasó, ni fue.

Bien podría ser aquel romántico que te enamore.
Ser aquel poeta que escriba a tu corazón.
Y ser aquel músico que cante a tu belleza.
Mas tu cegada razón te aleja de todo aquéllo.

Ese beso que diste se ha quedado impregnado como perfume en mí.
Lo llevo como el recuerdo de esa historia que jamás se comenzó.
Llevo el beso que me diste a la espera de que algún día lo regrese.
Mis labios me tienen famélico ante los tuyos... tal vez nunca será.

¿De qué sirven las razones, de qué sirven los motivos?
¿Cómo jugarle al destino y al azar?
Si tu corazón y tu pensar son parte aprisionada de otro.
¿Cómo decirte adiós, si ahora formas parte de mi esencia?